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Viernes 29 de marzo de 2024
A M�xico le urge reconciliarse

Actualizado: 2020-06-29

A M�xico le urge reconciliarse.

Entre las y los mexicanos, sin duda. Pero tambi�n e igual de importante, con el m�rito y el trabajo.

Llegamos a una etapa de la vida nacional que es, en realidad, un parteaguas.

Padecemos la confluencia de una triple emergencia: el quiebre del sistema de salud, significado por el contagio de 220 miles de mexicanos y el deceso de 27 mil. No hay doma ni aplanamiento.
Pero adem�s, ojo, est�n cerca de 400 mil operaciones y tratamientos pospuestos. El festejo gubernamental de la baja ocupaci�n hospitalaria es falso y demag�gico, porque est�n esos miles de pacientes no Covid que no encuentran alivio.

Al lado de esta est� la bancarrota nacional. Una brutal destrucci�n del empleo. 11, 114 familias pierden su empleo por d�a. 7 empresas cierran sus puertas para siempre cada hora. 1,366 familias entran a la pobreza cada hora.

Y nos embiste la quiebra de la paz p�blica, con 15,016 ejecutados en 5 meses: 1,440 m�s que el mismo periodo del a�o anterior. El brutal atentado contra Garc�a Harfuch revela una reacci�n del m�s violento de los c�rteles ante una claudicaci�n del estado ante sus rivales, una que huele cada vez m�s a connivencia. Paradoja de este tiempo: los abrazos excesivos terminan, otra vez, en balazos contra otros.

Este desastre nos encuentra profundamente divididos: confrontados desde el poder por el poder.

Habr�a que recordar que las peores tragedias nacionales nos han hallado as�: M�xico desconfiando de M�xico. El pa�s ri�endo consigo mismo mientras el tejido social se rompe.

Habr�a que recordar: a la fractura territorial le antecede siempre la fractura de la convivencia.

Por eso la reconciliaci�n debe provenir de un nuevo lenguaje p�blico. Uno que requiere de un vocabulario donde quepamos todos. Alejado del rencor. Que enfatice los caminos de salida y no los barrotes que nos sujetan a esta penosa realidad.

Es mentira que s�lo quien manda hilvana el discurso p�blico: lo hacemos todos.

Pero adem�s, el pa�s requiere reconciliarse con el m�rito y con el trabajo. El m�rito proviene del esfuerzo. Del tes�n. Del decoro. Del estudio. Y proviene, por supuesto, del trabajo.

Urge reconstituir al trabajo como eje del progreso personal y no la caridad p�blica. Es preciso recordarnos que s�lo el trabajo, la dedicaci�n y la constancia construyen los triunfos.

Quien se acostumbra al subsidio se termina acoplando a la sumisi�n y a la mediocridad. Nuestra sociedad corre el riesgo de volverse adicta al dinero f�cil y a la prebenda.

Necesitamos un pa�s que triunfe a partir del m�rito y del trabajo; del conocimiento y del arrojo.

Me preocupa el discurso reiterado de que debemos acostumbrarnos al fracaso. Que ser derrotados es inevitable. Que la pobreza conlleva felicidad.

Difiero. M�xico debe atreverse. Arriesgarse. Negarnos a ser el pa�s del eterno potencial futuro pero del permanente desencanto presente. Es posible sacar al pa�s del atraso y dar una mano a quien m�s los necesita.

Para ello, hay que convencernos de que tambi�n se es posible ser feliz, digno, en la prosperidad.

@fvazquezrig
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