La Unidad Inaplazable |
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Actualizado: 2020-07-07 |
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LA UNIDAD INAPLAZABLE
Fernando V�zquez Rigada
El arma m�s letal que puede tener un ser humano es la palabra.
Las palabras hieren. Ofenden. Agreden.
Lastiman.
Los momentos m�s tr�gicos de M�xico se han dado en medio del encono, el rencor, de la incapacidad de vernos en el otro: de trabajar juntos. De unir prop�sitos.
La asechanza externa se inocul� en medio de la divisi�n nacional. Espa�a trat� de reconquistarnos en 1829. Texas se separ� en 1836. Francia amag� invadirnos en 1838 y luego lo har�a en 1857. En 1847 Estados Unidos nos quit� medio territorio.
El virus de la intervenci�n se inocul� entre las fisuras de la divisi�n nacional. La independencia se logr� con respecto a Espa�a pero mantuvimos la dependencia a la desconfianza. M�xico no logr� un gran acuerdo nacional y eso desemboc� en la ruptura pero antes, en la fragilidad.
Entre 1824 y 1857 el pa�s registr� 49 gobiernos: uno cada 8 meses en promedio. La lucha fratricida del periodo fue entre yorkinos y escoceces, entre liberales y conservadores, entre republicanos y centralistas, entre militares y civiles. El diferendo se resolvi� por la fuerza de las armas: tras la victoria liberal en la Guerra de Intervenci�n.
No fue suficiente. El pa�s volver�a a ensangrentarse en la guerra civil en la que deriv� la revoluci�n mexicana.
Hoy, M�xico acusa los estragos de una divisi�n no solamente triste: peligrosa.
La mayor destrucci�n de los meses recientes ha sido la de la unidad y la solidaridad entre las y los mexicanos. Hay una confrontaci�n de clases, de g�neros, de geograf�a, de militancias.
Los radicalismos consumen la convivencia y no existe un liderazgo que reconcilie: por el contrario cada d�a, temprano en la ma�ana, se atiza la divisi�n como forma de unir a una base pol�tica, as� sea al costo de socavar los fundamentos de la naci�n.
Las lecciones de la historia recuerdan que la palabra p�blica tiene un peso espec�fico. Comenzar un gran incendio es f�cil, lo dif�cil es apagarlo.
Por eso las palabras son vitales para la vida p�blica.
Hoy, enfrentamos un desastre nacional, sin paliativos. 12 millones de empleos destruidos. 10 millones de nuevos pobres. 500 mil empresas cerrar�n este a�o. 55 mil ejecutados en 18 meses. Un cuarto de mill�n de infectados. 30 mil decesos por COVID.
�Qu� parte no se calibra de esta tragedia nacional?
Bajo ella, se atiza cada d�a el resentimiento. La respuesta lamentable de la primera dama a una petici�n ciudadana habla de arrogancia, pero tambi�n de desprecio por el dolor de los dem�s. Ese arrebato fue respondido no s�lo con la natural indignaci�n, sino tambi�n con el insulto, la procacidad, la vileza: el pa�s partido en dos radicalismos.
Lo recordaba Kennedy: se ganan elecciones con una fracci�n, pero se gobierna con mayor�as.
Como sociedad nos corresponder�, entonces, recuperar la cultura del consenso. Es preciso recordarnos los unos a los otros que la solidaridad, la empat�a, el respeto es lo que nos hace mexicanos.
Tambi�n que deberemos inventar una multiplicidad de liderazgos independientes que restauren la unidad nacional.
Habr� que repetir que la concordia importa y que el di�logo sirve.
Hay que hacerlo pronto, antes que repitamos el epitafio de De Larra: �Aqu� yace media Espa�a. Muri� de la otra mitad.�
@fvazquezrig
https://fernandovazquezrigada.com/2020/07/06/la-unidad-inaplazable/ |
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