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Ciudad de México.- (AVC) Café Tostado de Exportación (Catoex) obtuvo un contrato de hasta 118.7 millones de pesos para maquilar el Café del Bienestar, pese a estar vinculada con una red de empresas ligada al exgobernador Javier Duarte y a proveedores cuestionados de Segalmex. La investigación también documenta sobreprecios y condiciones poco favorables para pequeños caficultores.
De acuerdo a una investigación de Elizabeth Rosales (Periodismo Empower) y Brandon J. Celaya Torres (Aristegui Noticias), la empresa contratada para maquilar el Café del Bienestar por hasta 118.7 millones de pesos pertenece a una familia de empresarios que, en 2013, constituyó Grupo Empresarial Pertenezco junto con el exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa —preso desde 2017— y decenas de empresarios más.
Además, está vinculada con Empacadora La Merced, S.A. de C.V., una de las compañías señaladas en el desfalco multimillonario de Segalmex.
En entrevista para el reportaje, Duarte explicó que su participación como fundador de esa sociedad, junto a empresarios de la región Córdoba–Orizaba, fue para impulsar un hospital privado que nunca se concretó. El exgobernador niega que ello implique ser socio actual de los participantes:
“Lo que hagan o dejen de hacer no tiene absolutamente nada que ver con mi persona”, afirmó vía telefónica.
Esta investigación documenta los vínculos del político preso con integrantes de la empresa ganadora del contrato para maquilar el Café del Bienestar y el entramado empresarial que los rodea.
Catoex maquila el Café del Bienestar sin competencia real
En 2025, Café Tostado de Exportación, S.A. de C.V. (Catoex) fue la empresa encargada de solubilizar el café del programa y envasarlo en frascos de 50, 90 y 205 gramos. No compitió en licitación abierta: recibió el contrato por adjudicación directa, después de que el gobierno invitó a tres compañías controladas por familias veracruzanas históricamente relacionadas entre sí: Catoex, Cafiver, S.A. de C.V. y Cafés Finos de Córdoba, S.A. de C.V. (Cafinco).
De acuerdo con la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público, las dependencias deben abstenerse de adjudicar contratos en procesos donde participen empresas con socios o asociados comunes, pues esto permite presumir simulación de competencia en la contratación pública.
El fundador de Catoex, ya fallecido, fue investigado en España por presuntamente financiar su negocio cafetalero con dinero ilícito y estuvo preso por fraude al Instituto Mexicano del Café (Inmecafe), según una investigación publicada en El Mundo. Sus herederos han sido objeto de señalamientos por sus vínculos con actores políticos.
Mientras el Café del Bienestar se convirtió en un negocio millonario para Catoex, pequeños productores —a quienes el programa debía apoyar— terminaron, en la práctica, subvencionando parte del proyecto.
Precios a productores y posible sobreprecio por maquila
De acuerdo con testimonios recabados, a los caficultores se les impusieron precios por debajo de sus costos para el café destinado a la marca del Bienestar.
El gobierno ofreció inicialmente 75 pesos por kilo de café pergamino, cuando el costo de producción superaba los 100 pesos por kilo. En octubre, la oferta subió a 100 pesos, pero productores consultados consideraron que aún no alcanzaba para generar ganancia.
Al mismo tiempo, esta investigación documenta indicios de sobreprecio en la maquila. A otros clientes, con pedidos de unas 80 toneladas, Catoex habría cobrado alrededor de 14 pesos por procesar un frasco de 50 gramos.
En cambio, a Café del Bienestar le cobró casi 19 pesos por la misma presentación, aun cuando el volumen contratado fue de 2,077 toneladas, lo que usualmente debería abaratar el costo unitario.
Los caficultores también señalaron otras fallas en el diseño del programa: el volumen de café adquirido no alcanza para abastecer de manera consistente las Tiendas del Bienestar ni para cumplir el objetivo de romper con intermediarios en la cadena productiva.
Un programa piloto con alcance limitado
En su primer año, Alimentación para el Bienestar, la dependencia encargada del programa, se propuso comprar 2,077 toneladas de café para la fase piloto. Esa cifra equivale al 0.19 % de la producción nacional de 2024, un volumen marginal frente a las necesidades del sector.
En abril de 2025, la dependencia invitó a Catoex, Cafiver y Cafinco a presentar cotizaciones. Todas están vinculadas entre sí a través de sus socios, según registros públicos. Tras el análisis de precios, se otorgó a Catoex el contrato DICONSA/CADQ/000849/2025, con un mínimo de 57.1 millones de pesos y un máximo de 118.7 millones, con vigencia al 31 de diciembre de 2025.
El artículo 71 de la Ley de Adquisiciones prohíbe adjudicar contratos a empresas vinculadas entre sí por socios comunes en el mismo procedimiento, por el riesgo de sobreprecios y corrupción. Pese a ello, las tres compañías relacionadas fueron invitadas a un mismo proceso.
La red Muguira–Porres–Álvarez: tres empresas, un mismo círculo
Catoex fue fundada en 1971 por empresarios como Domingo Muguira Revuelta y Otón Porres Bueno, quien a su vez fundó Cafiver.
El fundador de Cafinco, José Álvarez Fernández, fue socio del padre de Muguira Revuelta. Así, las tres empresas invitadas a participar en la contratación del Café del Bienestar comparten relaciones históricas y actuales.
Tras la muerte de Muguira Revuelta en 2019, sus hijos continuaron al frente de Catoex:
Mauricio Ricardo Muguira Marenco, accionista y presidente del consejo de administración;
Domingo Muguira Marenco, tesorero;
Paulina Muguira Marenco, apoderada.
Las conexiones se extienden a cargos directivos y sociedades cruzadas:
El actual director comercial de Cafiver, Carlos Eduardo López Romero, constituyó dos empresas en sociedad con Exportadores de Cafés Mexicanos, S.A. de C.V., controlada por los Muguira Marenco.
En Cafinco, la hija del fundador, María del Carmen Álvarez Zardain, fundó Grupo Empresarial Pertenezco junto con Domingo y Paulina Muguira, Grupo Empresarial Porres y el exgobernador Javier Duarte.
Duarte sostiene que fue invitado en 2013, siendo gobernador, a integrarse a ese proyecto con fines hospitalarios y afirma no recibir beneficios actuales de los contratos públicos ligados a esa red.
Conexiones con Empacadora La Merced y Segalmex
La red de empresas que vincula a Catoex, Cafiver y Cafinco se mueve en un entorno donde también figura Empacadora La Merced, S.A. de C.V., señalada por irregularidades en contratos con Segalmex.
De acuerdo con investigaciones periodísticas, Empacadora La Merced obtuvo contratos para proveer carne deshebrada, pero no entregó todo el producto pagado. En este entramado, Eduardo Álvarez Zardaín, dueño de Cafinco, es tío y socio de José y Alejandro Álvarez Rocha, apoderados de Empacadora La Merced.
A su vez, el director general de La Merced, Carlos Eulalio López Astorga, fue apoderado de Catoex y socio de sus dueños en al menos diez empresas. Es además padre del actual director comercial de Cafiver, cerrando un círculo que enlaza a las tres compañías a través de lazos familiares y directivos.
Cafiver negó tener relación con Catoex y con Empacadora La Merced, aunque documentos oficiales muestran a Porres Bueno como fundador de Catoex. La empresa aseguró que no hubo “concurso” y que la invitación para cotizar provino directamente de funcionarios de Sader, Diconsa y Alimentación para el Bienestar.
Empresas cuestionadas siguen recibiendo contratos
Tras el escándalo de corrupción en Segalmex —con un daño estimado en 15 mil millones de pesos al erario— la reestructuración que dio lugar a Alimentación para el Bienestar no cortó la relación con proveedores señalados.
En 2025, la dependencia adjudicó contratos a compañías mencionadas en investigaciones previas, como:
Marindustrias, S.A. de C.V., con al menos 33 contratos por 3.7 millones de pesos;
La Italiana, S.A. de C.V., con 37 contratos por 11.6 millones de pesos;
Soluciones Logísticas Inteligentes, S.A. de C.V., con un contrato por 18.1 millones de pesos.
Las dos primeras fueron señaladas por sobornos en Segalmex; la tercera fue observada por la Auditoría Superior de la Federación por no acreditar servicios pagados y ha sido ligada a figuras políticas y exfuncionarios.
En el caso de Catoex, además de obtener el contrato del Café del Bienestar, integra una red empresarial cuyo origen y herederos han tenido vínculos constantes con el poder político.
Antecedentes de Catoex y su relación con Duarte
El fundador de Catoex, Domingo Muguira Revuelta, fue preso en 1978 por fraude al Inmecafe, al traficar permisos de exportación. También constituyó empresas que, según investigaciones, se usaron para desviar recursos de la Lotería Nacional. La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de España lo indagó por presunto lavado de dinero para financiar plantaciones de café en Chiapas y Veracruz.
Muguira también ocupó cargos partidistas en Movimiento Ciudadano y mantuvo cercanía con figuras del PRI y del PAN, varias de las cuales se convirtieron en socios comerciales.
Javier Duarte lo describió como “amigo” y reconoció la relación política con su hija, Paulina Muguira, diputada local por el PRI de 2010 a 2013 y esposa del exalcalde de Córdoba, Juan Lavín.
Otros miembros de la familia Muguira también han mantenido vínculos con cargos públicos, como Alicia Muguira Marenco, casada con el exalcalde de Fortín, Armel Cid de León, y su hijo, asesor en el Senado.
En paralelo, integrantes del Grupo Porres —presente en Catoex y Cafiver— han sido señalados por presunta cercanía con Duarte. El periodista Arturo Ángel identificó a Jaime Porres Bueno como presunto prestanombres del exgobernador. Duarte afirma que la relación era de amistad y que se interrumpió tras su detención
Promesas del Café del Bienestar y límites del programa
La creación del Café del Bienestar fue presentada como un intento de enfrentar la concentración de mercado en manos de grandes empresas —como Nestlé, Starbucks y grupos como ECOM, Neumann y Louis Dreyfus— que, según organizaciones especializadas, han impuesto condiciones abusivas a productores.
Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el programa en noviembre de 2024, se prometió una política de compras directas para favorecer a pequeños caficultores. El esquema se incorporó al Programa de Abasto Rural, facultando a Diconsa para desarrollar marcas propias y priorizar la transformación de café, cacao y miel en estados como Veracruz, Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
El diseño incluyó un pago de 75 pesos por kilo de café pergamino arábigo, 65 por natural arábigo y 55 por robusta, hasta 500 kilos por productor con hasta cinco hectáreas. Sin embargo, productores señalaron que esos precios no cubrían los costos de producción, estimados en más de 100 pesos por kilo.
Ajustes de octubre y dudas de los caficultores
En octubre de 2025, Alimentación para el Bienestar modificó las reglas de operación y elevó el precio del café pergamino arábigo a 100 pesos por kilo, estableciendo que serían montos base con posibilidad de un pago compensatorio de hasta 15% si el mercado se ubicaba por encima de ese nivel.
También se amplió el volumen máximo por productor a 750 kilos, pero el volumen total de compra se mantuvo en 2,077 toneladas, con la mayor parte concentrada en Guerrero y una porción menor en Veracruz, Oaxaca y Puebla.
Productores consultados consideran positivo el carácter piloto del programa, pero dudan de la transparencia y de la efectividad de los ajustes. Plantean que, sin precios realmente rentables y sin una estrategia integral de organización, agregación de valor y acceso directo a mercados, el programa puede quedar como una operación limitada de compra–venta.
Propuestas de los productores: industrialización desde el sector social
Caficultores de Guerrero, Veracruz, Chiapas y Oaxaca señalan que el programa podría mejorar si se integra a organizaciones de pequeños productores en la transformación del café, incluyendo la maquila de café soluble.
En Oaxaca, la Coordinadora Estatal de Productores de Café (CEPCO) y la CNOC han propuesto desde hace años maquilar para Diconsa y Segalmex y cuentan con infraestructura para ello. Según testimonios, existió incluso un intento de vender café soluble orgánico a Segalmex bajo la marca “Fértil”, a un precio menor que el de Nestlé, que fue cancelado de última hora.
De acuerdo con dirigentes cafetaleros, los responsables del Café del Bienestar conocían la existencia de estas alternativas, pero optaron por contratar a empresas como Catoex, Cafiver y Cafinco.
Sin respuesta de empresas y autoridades
El equipo periodístico buscó la postura de Catoex, Cafinco, Cafiver, Empacadora La Merced y de la titular de Alimentación para el Bienestar, María Luisa Albores, sobre los señalamientos aquí descritos.
Hasta el cierre de edición, no recibió respuesta.
Mientras tanto, pequeños productores —quienes deberían ser el eje del Café del Bienestar— siguen recibiendo precios que apenas cubren sus costos, mientras el programa se ha convertido en un negocio rentable para una red de empresas con antecedentes cuestionados y estrechos vínculos políticos. |