Orizaba, Ver.- (AVC) La deportista de alto rendimiento Gaby Soto, originaria de Costa Rica pero adoptada por Orizaba como su tierra, logró completar el exigente reto "Everesting Pico de Orizaba", desafío que no solo representó una hazaña física y mental, sino también un impulso significativo para la reforestación de la montaña más alta de México. Gracias a este esfuerzo, se podrán plantar 8 mil 735 pinos, equivalentes a la restauración de ocho hectáreas de bosque, como parte del proyecto de recuperación ambiental impulsado por la iniciativa privada y la sociedad civil organizada. El reto se llevó a cabo los días 28 y 29 de agosto, bajo condiciones extremas de altitud y clima. Soto eligió la ruta del Kilómetro Vertical, que inicia en Villas Pico de Orizaba a los 3,300 msnm hasta Torrecilla Roja a los 4,300 msnm, considerada de alta dificultad. Para cumplir con la meta, debió recorrerla en múltiples ocasiones hasta sumar un desnivel positivo equivalente a la altura del Monte Everest de 8,848 msnm. Durante 32 horas con 53 minutos de esfuerzo ininterrumpido, la atleta superó obstáculos físicos y mentales, apoyada por un equipo de más de 30 personas de staff, 10 corredores acompañantes (pacers) y el respaldo moral de amigos, deportistas y seguidores tanto en la montaña como en redes sociales. El reto Everesting, además de su exigencia deportiva, tuvo un propósito ambiental: recaudar fondos voluntarios para la reforestación. Las aportaciones, que iban desde el valor de un árbol de 21 pesos hasta donaciones equivalentes a media o una hectárea completa, permitirán continuar con la meta de reforestar 100 hectáreas del Pico de Orizaba, y hasta ahora, se han restaurado 80 y este evento ayudará a acercarse al objetivo final. En cifras, el Everesting Pico de Orizaba se realizó con: 9 mil 042 metros positivos de ascenso acumulado; 9 vueltas de la ruta marcada; 94 kilómetros de distancia recorrida; 147 mil 742 pasos dados durante el trayecto; 9 mil 323 calorías quemadas y 8 mil 735 pinos equivalentes a 8 hectáreas reforestadas La proeza de Gaby Soto quedará registrada no solo como un hito deportivo, sino como un esfuerzo que conecta la pasión por la montaña con el compromiso ambiental en la región de las Altas Montañas de Veracruz.
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