Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
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Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
Hereje Maldito: la historia de Teo y su búsqueda de libertad
AVC/Noticias �.
2025-10-06.- Teo creció bajo reglas rígidas y silencio * Hoy su testimonio revela una vida marcada por la búsqueda de identidad, salud mental y libertad.
Xalapa, Ver.- (AVC/ Héctor Adolfo Quintanar Pérez) Un niño que nació en Xalapa durante la segunda mitad del siglo XX. Criado por dos padres distintos entre sí: La madre, autoritaria y entregada en cuerpo y alma a la disciplina y buenos modales del pequeño y a los rincones del hogar, mientras el padre se mostraba más taciturno y discreto, trabajador y envuelto en una rutina laboral tan densa en la cual no había mucho espacio para convivir con el niño. Teo, como se llamaba el infante, comenzó a crecer bajo un régimen familiar estricto como lo marcaba la época. Domingo a misa, ni una arruga en el pantalón, levantarse temprano, buena conducta o castigo, vigilancia a extremos del encierro y sobre todo , llevar a cabo al pie de la letra todos los comportamientos que conllevaba ser un muchacho y luego un hombre de su edad.
Religiosamente , convertido en un monaguillo adolescente Teo cumplió al pie de la letra cada una de las órdenes de casa. Nunca levantó la voz, nunca llegó más allá del horario permitido y pocas veces hizo alguna travesura en la escuela. Sin embargo, en su interior, lejos de crear alguna seguridad y certeza, su corazón se fue llenando de dudas, pues el niño, al que enseñaban a crecer como todo un caballero, no necesariamente lo quería y en silencio gritaba al no poder cumplir aquello que la familia y la sociedad le obligaban, porque Teo no se sentía hombre ni mujer, él prefería sentirse libre, pero nunca pudo. Y hasta la fecha, es un problema que trata de resolver todos los días, porque la búsqueda de la identidad y la libertad también deja cicatrices en la mente y en el corazón.
En el México de hace por lo menos 30 años no existía un consenso claro sobre la importancia de la salud mental en la población infantil y adulta. Aunque hoy en día supone una crisis de salud sin precedentes en la historia, en el pasado no existía cultura de prevención o por lo menos atención a la crisis emocional que suponía para muchas personas el crecer en un entorno patriarcal y estricto sin la libertad de expresión y desarrollo de la identidad de género, lo cual en algunos casos causó problemas de depresión, ansiedad e incluso pensamientos suicidas en personas como Teo que vieron por muchos años frustrado su deseo de expresar su identidad sin géneros. Hasta el día de hoy, sin que eso signifique una tarea fácil.
El tratar de llevar el camino tradicional heteronormado de la sociedad llevaron a Teo a vivir un matrimonio fallido, decepciones amorosas e incluso pérdida de amigos y seres queridos que no supieron entender a un ser humano que pudo hasta la edad madura desatar los nudos que oprimieron su existencia durante toda su vida. Y esque no era nada fácil aceptar no ser heterosexual siendo adulto, en los años 2000. Sin redes de apoyo y en completa soledad.
Estos problemas llevaron a Teo a intentos de suicidio derivados de episodios severos de depresión y ansiedad que desafortunadamente hasta la fecha carga consigo, la diferencia es que ahora hay un motivo para hacer frente a las crisis de su mente y una motivación para continuar: El activismo
Se dejaron atrás los trajes sobrios y las camisas planchadas. No queda huella del corte de caballero de barbería y en cambio ahora To luce una melena pintada de rojo y ropa tan colorida como el arcoiris ya veces, depende la ocasión, vestimenta que deje lucir las decenas de tatuajes con las que ha renunciado al conservadurismo y literalmente, lleva en la piel la renuncia a todo tipo de prohibiciones y ahora cada raya de tinta abraza la libertad de decir: Soy Teo y soy libre de etiquetas de género.
En su casa, que es una e biblioteca y museo, se desborda una notoria pasión por la historia, pero también es imposible no percibir la bandera de la comunidad LGBBTIQ que cuelga en su recámara y con la que ha hecho frente en las calles, las aulas e instancias gubernamentales la causa de la comunidad por la que exige derechos, reconocimiento y sobre todo una cultura de respeto a través de su testimonio y sus conocimientos con los que ha logrado organizar brigadas y talleres de sensibilización para autoridades e incluso a la policía, entidad que continuamente ejerce violencia contra la comunidad LGBTTIQ .
No es ni ha sido fácil. Teo aún sufre de repentinos ataques de pánico y ansiedad que le han obligado a llevar una medicación para sobrellevar la vida cotidiana, sin embargo, es su activismo una motivación grande para continuar con la enorme tarea de hacer visible la importancia de ejercer el derecho a la libertad y sobre todo, a ser conscientes de la importancia de la salud mental, para que ningún otro pequeño Teo, tenga como aliado al silencio.