Villa Aldama, Ver. (AVC) En una libreta de hojas amarillentas y esquinas dobladas se conserva el registro de más de mil 300 nacimientos. Cada línea escrita a mano por Joaquina Contreras Platas narra una historia de vida, una llegada al mundo asistida por sus manos y su experiencia como partera tradicional en el municipio de Villa Aldama. Con 51 años, Joaquina es ampliamente conocida en la colonia Libertad, donde ha acompañado partos desde hace más de dos décadas. Su hogar ha sido acondicionado como un espacio de atención respetuosa y cercana para mujeres embarazadas de su comunidad y localidades vecinas. “Me enseñó mi madre. Yo la ayudaba con las mamás y los recién nacidos. Un día me dijo que ya podía estar sola”, recuerda. Desde niña, observó con atención los partos que su madre atendía y, con los años, además de esa herencia de saberes, recibió capacitaciones en unidades de salud, lo que le permitió adquirir conocimientos técnicos y reconocer signos de alerta para referir a una paciente si es necesario. Esta formación dual ha fortalecido la confianza de las mujeres que llegan a ella en busca de acompañamiento. Gladis María González Martínez, de 20 años, actualmente está bajo su cuidado: “Me siento tranquila, me explica todo con calma y me da seguridad”, cuenta, al compartir que ha optado por un parto atendido por partera. Joaquina ha vivido partos de todo tipo. Dice que cada nacimiento es distinto y que, más allá del conocimiento, es crucial saber escuchar al cuerpo y respetar los tiempos de cada mujer. Muchas de quienes asistió en el pasado ahora regresan con sus hijas, lo cual, para ella, representa una cadena de confianza tejida a través de generaciones. Su voz transmite convicción y respeto por cada historia. En su trabajo se entrelazan el cuidado, la escucha y una sabiduría ancestral que permanece viva en los márgenes del sistema de salud institucional. Este 5 de mayo, Día Internacional de la Partera, es ocasión para reconocer la labor de quienes acompañan los procesos de nacimiento desde una mirada humana, comunitaria y basada en la tradición. En regiones donde el acceso a hospitales es limitado, las parteras representan una opción accesible y confiable, y para muchas mujeres, el trato cercano y respetuoso es decisivo al momento de elegir cómo y con quién parir.
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