Xalapa, Ver.- (AVC) En los últimos 20 años, el cultivo de papa ha crecido en comunidades de los alrededores de Xalapa. La preocupación principal se concentra en la parte alta de la cuenca de La Antigua, donde existen manantiales que abastecen de agua a varias ciudades y zonas de bosque de niebla. Estudios recientes han detectado el uso de 28 plaguicidas altamente peligrosos en estos cultivos.
Un grupo de expertos e investigadores se reunió en el Instituto de Ecología (Inecol) en el foro “Retos y perspectivas del cultivo de papa en la cuenca alta de La Antigua”, donde se expuso la situación actual del cultivo, los riesgos socioambientales y la necesidad de regular la siembra para evitar que las parcelas se establezcan a menos de 500 metros de viviendas o arroyos.
Georgina Vidriales y Tajín Fuentes, de la organización Sendas A.C., alertaron que el crecimiento del cultivo es especialmente preocupante en Tlalnelhuayocan, Coatepec y Xico, municipios ubicados en zonas clave para el abasto de agua de comunidades rurales y urbanas de Xalapa y Coatepec.
“Varias parcelas están cerca de casas, escuelas y arroyos, aumentando el riesgo de exposición directa a contaminantes”, señalaron. Gina añadió que se trata de un problema ambiental y de salud pública que requiere acciones de regulación, monitoreo y una transición agroecológica.
La expositora explicó que la región vive un proceso de transformación acelerada debido al crecimiento urbano, el cambio de uso de suelo y la migración.
“Tenemos un crecimiento fuerte de zonas urbanas que está sustituyendo áreas productivas tradicionales”, expuso. Señaló que la milpa y el café de sombra han sido desplazados por cultivos más rentables pero que requieren un mayor uso de agrotóxicos, como la papa y el limón.
El abandono de las actividades agrícolas tradicionales y la migración de jóvenes han intensificado estos cambios. “El envejecimiento de la población rural y la falta de oportunidades aceleran la transformación del territorio”, mencionó.
Gina explicó que estos cambios implican riesgos directos para derechos fundamentales.
“Hay reducción en derechos básicos como el ambiente sano, el agua de calidad y la salud”, afirmó. Indicó que el uso de plaguicidas altamente peligrosos y la proximidad de las parcelas a zonas habitadas elevan la exposición de las comunidades. Entre los productos más utilizados mencionó paraquat, glifosato y otros compuestos con efectos inmediatos y de largo plazo.
Mapeo detecta parcelas cerca de escuelas y arroyos
El investigador del Instituto Nacional de Ecología, Rogelio Macías, presentó un mapeo realizado en Coatepec y Tlalnelhuayocan. A través de imágenes aéreas detectaron 235 hectáreas sembradas con papa. De acuerdo con el análisis, una proporción importante del cultivo incumple criterios básicos de seguridad territorial, pues 27 por ciento está a menos de 500 metros de escuelas, donde la siembra está prohibida, y 97 por ciento se ubica cerca de arroyos.
Por su parte, la investigadora Linda Marín, de Investigación y Acción Biocultural Anima Mundi A.C., expuso estudios sobre manejo del cultivo de papa y uso de plaguicidas en las inmediaciones del bosque de niebla. Señaló que el daño acumulado sobre este ecosistema es grave.
Marín explicó que la región presenta altos niveles de exposición a plaguicidas, incluidos compuestos clasificados como altamente peligrosos por su potencial cancerígeno, genotóxico y disruptor hormonal.
“Lo que comparten en común es un sistema basado en un paquete tecnológico que incluye un fuerte uso de agroquímicos”, indicó. Su estudio abarcó Coatepec, Teocelo, Xico y Tlalnelhuayocan, e incluyó entrevistas a productores y muestreos de envases de agroquímicos, parcelas, agua y orina.
“Encontramos 60 nombres comerciales de plaguicidas y 48 principios activos”, detalló. Más de la mitad pertenecen a categorías de alta peligrosidad internacional.
En el análisis de agua realizado en Coacoatzintla y Coapán, indicó: “Encontramos glifosato en dos de las tres muestras de agua”, tomadas en nacimientos y cajas de abastecimiento utilizadas por la población.
En el evento participaron también funcionarios estatales y municipales, quienes expresaron la necesidad de establecer regulaciones claras para el crecimiento del cultivo y su manejo.
Construcción de alternativas agroecológicas
A pesar del panorama, Gina Vidriales destacó que organizaciones y productores han trabajado durante más de una década en modelos agroecológicos para la producción de papa.
“Desde hace más de 10 años trabajamos en producir papa sin agroquímicos”, señaló. Dijo que estos procesos han generado resultados positivos y que ahora buscan mayor conexión con mercados que reconozcan este tipo de producción.
También mencionó avances normativos en al menos un municipio y la importancia de visibilizar los impactos del cultivo para fortalecer la regulación y la vigilancia.
El caso de la escuela en Tlalnelhuayocan
Durante la exposición se retomó el caso de la primaria Adolfo López Mateos, en San Andrés Tlalnelhuayocan, que cerró tras la intoxicación de niños y docentes en 2024. Aunque está prohibida la siembra de papa en la zona y existe un reglamento municipal, los especialistas señalaron que la siembra continúa y persiste la exposición a agroquímicos, lo que ha impedido el regreso de la comunidad escolar.