El Suavecito, de lo mejor del cine negro nacional Foto:
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2019-03-13.- En 1950 se estrenó una cinta que fue un éxito de taquilla y consagró a su actor protagonista, Víctor Parra, en el personaje de un pachuco vividor, mantenido y malandrín pero de buen corazón.
Xalapa, Ver.- En 1950 se estrenó un largometraje de lo mejor del cine negro nacional que fue un éxito de taquilla y consagró a su actor protagonista en el personaje de un pachuco vividor, mantenido y malandrín, que solo se cuadraba ante su progenitora y su novia.
Se trata de “El Suavecito”, del director Fernando Méndez, protagonizada por el olvidado actor mexicano Víctor Parra (1920-1994), quien en esta película tuvo tal vez el mejor papel de su carrera y lo puso al nivel de las grandes estrellas de la época.
Roberto Ramírez “El Suavecito” es un pachuco con buena suerte, vividor, machista y mujeriego, que gusta de apostar hasta lo que no tiene, duerme de día, vive en casa de su madre y a expensas de las mujeres que lo rodean, sin embargo, en el fondo, cree no ser tan malo como todos creen.
Está enamorado de su vecina Lupita, la actriz Aurora Segura, quien a pesar de conocer a la perfección sus mañas, lo prefiere y desdeña a otro que la pretende pero que tiene el “defecto” de no tomar y ser responsable y trabajador.
Célebre en esta película son los ambientes de vecindad y de arrabal, los personajes, la moda, la música, el transporte urbano y las imágenes que forman parte de una Ciudad de México que desapareció hace muchos años.
En aquel tiempo estaba de moda Pérez Prado y el actor se luce en una escena con su traje de pachuco y sombrero, interpretando el mambo número cinco, llevando al extremo el tradicional personaje del pachuco bailarín.
Nadie mejor para interpretar este papel que Víctor Parra, actor que de no haber protagonizado esta cinta hubiera pasado desapercibido, lo mismo logra conmover en sus escenas de cínico, sinvergüenza y delincuente, que como hijo que pone en un altar la figura de su anciana madre, aunque no le de para el gasto ni la renta y hasta se olvide de su cumpleaños.
A pesar de su maldad, El Suavecito verá su suerte y pagará caro el dar un viraje a su vida. Una película del llamado cine negro nacional, para verse con nostalgia y disfrutarse.
Víctor Parra se retiró del cine en 1968 y murió de un infarto en 1994. De la actriz Aurora Segura, más conocida por participar en la cinta “A toda máquina”, con Pedro Infante, se retiró en 1962 y no se tiene información de que fue de su vida.
Para quienes no ubican al director Fernando Méndez, fue el artífice de una de las mejores cintas de terror del cine nacional: El Vampiro, que junto con Ladrón de Cadáveres y El Suavecito, son su mejor legado a la industria cinematográfica nacional.
Por cierto El Suavecito se encuentra dentro del catálogo de 100 mejores cintas mexicanas de todos los tiempos. Se puede ver completa en Youtube.
Los diálogos de esta cinta son de la mejor jerga arrabalera de la Ciudad de México de los 50's: El cine mexicano de oro
El Suavecito
En 1950 se estrenó un largometraje de lo mejor del cine negro nacional que fue un éxito de taquilla y consagró a su actor protagonista en el personaje de un pachuco vividor, mantenido y malandrín, que solo se cuadraba ante su progenitora y su novia.
Se trata de “El Suavecito”, del director Fernando Méndez, protagonizada por el olvidado actor mexicano Víctor Parra (1920-1994), quien en esta película tuvo tal vez el mejor papel de su carrera y lo puso al nivel de las grandes estrellas de la época.
Roberto Ramírez “El Suavecito” es un pachuco con buena suerte, vividor, machista y mujeriego, que gusta de apostar hasta lo que no tiene, duerme de día, vive en casa de su madre y a expensas de las mujeres que lo rodean, sin embargo, en el fondo, cree no ser tan malo como todos creen.
Está enamorado de su vecina Lupita, la actriz Aurora Segura, quien a pesar de conocer a la perfección sus mañas, lo prefiere y desdeña a otro que la pretende pero que tiene el “defecto” de no tomar y ser responsable y trabajador.
Célebre en esta película son los ambientes de vecindad y de arrabal, los personajes, la moda, la música, el transporte urbano y las imágenes que forman parte de una Ciudad de México que desapareció hace muchos años.
En aquel tiempo estaba de moda Pérez Prado y el actor se luce en una escena con su traje de pachuco y sombrero, interpretando el mambo número cinco, llevando al extremo el tradicional personaje del pachuco bailarín.
Nadie mejor para interpretar este papel que Víctor Parra, actor que de no haber protagonizado esta cinta hubiera pasado desapercibido, lo mismo logra conmover en sus escenas de cínico, sinvergüenza y delincuente, que como hijo que pone en un altar la figura de su anciana madre, aunque no le de para el gasto ni la renta y hasta se olvide de su cumpleaños.
A pesar de su maldad, El Suavecito verá su suerte y pagará caro el dar un viraje a su vida. Una película del llamado cine negro nacional, para verse con nostalgia y disfrutarse.
Víctor Parra se retiró del cine en 1968 y murió de un infarto en 1994. De la actriz Aurora Segura, más conocida por participar en la cinta “A toda máquina”, con Pedro Infante, se retiró en 1962 y no se tiene información de que fue de su vida.
Para quienes no ubican al director Fernando Méndez, fue el artífice de una de las mejores cintas de terror del cine nacional: El Vampiro, que junto con Ladrón de Cadáveres y El Suavecito, son su mejor legado a la industria cinematográfica nacional.
Por cierto El Suavecito se encuentra dentro del catálogo de 100 mejores cintas mexicanas de todos los tiempos. Se puede ver completa en Youtube.
Los diálogos de esta cinta son de la mejor jerga arrabalera de la Ciudad de México de los 50's:
-No haga muina mi reina, y menos por una piscacha, la vida es corta y uno debe buscarla suave y vacilar… ¿No me ve a mi…? ¿Qué pasó… Cuando vamos a mover el catre y echar un vacile…?
-Con usted ni que estuviera loca, antes prefiero salir con un bolero…
-¿Que a poco no soy su tipo?
-Lo que es usted es un presumido y un pachuco… A poco se imagina que porque a sus changas se le cae la baba nomás de verlo, piensa que a todas las mujeres nos pasa lo mismo, ya le dije que antes prefiero salir con un cargador y un bolero que con usted, ¡Cinturita!
-Oooo… Que culpa tiene uno de saber lucir el plumajee… -No haga muina mi reina, y menos por una piscacha, la vida es corta y uno debe buscarla suave y vacilar… ¿No me ve a mi…? ¿Qué pasó… Cuando vamos a mover el catre y echar un vacile…?
-Con usted ni que estuviera loca, antes prefiero salir con un bolero…
-¿Que a poco no soy su tipo?
-Lo que es usted es un presumido y un pachuco… A poco se imagina que porque a sus changas se le cae la baba nomás de verlo, piensa que a todas las mujeres nos pasa lo mismo, ya le dije que antes prefiero salir con un cargador y un bolero que con usted, ¡Cinturita!
-Oooo… Que culpa tiene uno de saber lucir el plumajee…