Xalapa, Ver.- (AVC/Verónica Huerta) Una carroza fúnebre recorrió más de mil 70 kilómetros en 24 horas desde Nuevo León hasta Minatitlán para traer el cuerpo de Danna Contreras Gómez, de 4 años, víctima de feminicidio infantil.

En el sur de Veracruz la esperaba su abuela, María del Carmen Gómez Rodríguez, quien la crio desde su nacimiento. Con el rostro marcado por el llanto, agradeció al pueblo y a las autoridades municipales por cooperar para reunir los 25 mil pesos del traslado.

El pequeño féretro blanco fue recibido por vecinas y amigas de la familia, que acompañaron a María del Carmen en medio de rezos y lágrimas.

Durante el sábado 6 de septiembre, el cuerpo de Danna fue velado en la casa de su abuela, ubicada en la colonia Playón Sur de Minatitlán.
La presidenta municipal, Carmen Medel, acudió por la mañana a expresar condolencias a la familia.

El velorio se convirtió en un espacio de despedida para la comunidad, que acompañó a la abuela en su exigencia de justicia.

Lo que ocurrió en Nuevo León

Danna vivió los últimos cuatro meses en General Zuazua, Nuevo León, junto a su madre, Rosa Aurora Contreras, y su padrastro, Jorge Alán Hernández.

El 1 de septiembre, Rosa Aurora regresó de trabajar y encontró a la niña inconsciente en casa. Aunque intentó reanimarla y pidió ayuda médica, los paramédicos confirmaron que había perdido la vida.

El padrastro alegó que Danna sufrió la picadura de una araña y de un alacrán, y que al vomitar había resbalado y golpeado su cabeza. Sin embargo, la Fiscalía estatal determinó que murió por contusión profunda de cráneo, tórax y abdomen, estableciendo en la carpeta de investigación síndrome de maltrato infantil.

Justicia exigida desde Minatitlán

En Minatitlán, María del Carmen recordó que ella cuidó a su nieta desde el día en que nació. Apenas en abril, su hija se llevó a Danna a Nuevo León con la promesa de iniciar una nueva vida junto a Jorge Alán.

Hoy, Rosa Aurora y su pareja se encuentran detenidos en un penal de Nuevo León, acusados de feminicidio infantil. Desde su casa humilde, la abuela exige justicia para la niña que crió como hija.