Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
Adultos mayores son abandonados por sus familiares en asilos
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2018-08-28.-
Hijo por qué me abandonaste, reclama una señora. *Ella, a su avanzada edad, no logra distinguir entre el hijo al que dejó de ver y el fotógrafo que solo llegó de paso al asilo Cogra en el Día del Abuelo.
Veracruz, Ver.- (AVC/Ana Alicia Osorio) Hijo por qué me abandonaste, reclama una señora.
Ella, a su avanzada edad, no logra distinguir entre el hijo al que dejó de ver y el fotógrafo que solo llegó de paso al asilo Cogra en el Día del Abuelo.
Sentada junto a muchas otras mujeres en mecedoras ve pasar los días en que nadie va a visitarla pues según la directora del asilo, María Teresa Mendoza de Infanzón, solo el 25 por ciento recibe visitas constantes y el resto permanece en el abandono.
Yo creo que una cuarta parte, muchas veces no se quieren hacer cargo de ellos porque representan un problema, representan un gasto y representan un compromiso de vida, contó.
En ese mismo asilo Jesús encontró una nueva familia, después de haber perdido a la suya muchos años atrás.
A sus 70 años recuerda que el alcoholismo lo llevó a perder su salud y a su familia hace más de 35 años cuando dejó de ver a sus dos hijos, su esposa, sus papás y hermanos.
Tras mucho vagar por las calles lo llevaron a Cogra donde se encontró la oportunidad de volver a tener una familia con quien contar.
Me dediqué a mi vagancia, en el alcohol y esas cosas; entonces hacía perdido a mi familia y todo ( ) aquí estoy en mi segunda casa se puede decir, que aunque yo no tengo familiares, no tengo nada, tengo a Dios y los tengo a ellos, aseguró.
Según Mendoza de Infanzón algunos de los más de 60 ancianos que viven en el asilo, como Jesús, llegan enviados por las instituciones de salud cuando no tienen a nadie más a quien llamar o cuando su mente con demencia senil o Alzheimer no logra recordar a su familia. Muchos de ellos nunca logran encontrar a su familia.
Yo no critico a nadie pero por lo regular aparece en los medios de comunicación recompensa por una mascota y yo quisiera saber cuando han ofrecido una recompensa por un anciano, indicó.