Xalapa, Ver.- (AVC/Verónica Huerta) Frente a la última morada de la subdirectora de la escuela Adolfo Ruiz Cortines, Beatriz M.R., un joven llora y exclama: "Mi Bety, mi Bety, por qué mi Bety, no puedo, no puedo" y suelta su cuerpo sobre los brazos de dos mujeres y un hombre mayor que tratan de sostenerlo.
Alrededor de la última morada de Beatriz están sus familiares, amigos, amigas, compañeras, compañeros de la escuela en la que laboró por más de 30 años; todos lloran y cantan himnos del magisterio.
Más allá, a unos siete metros, se ve a los empleados de la funeraria que cargan una, dos, tres, cuatro, cinco, y más y más coronas con flores blancas que llegan y llegan en las bateas de camionetas, en las que resalta el letrero en una de ellas que dice "Equipo Político", "SNTE".
Antes de que los albañiles, bajaran el féretro de madera al fondo de la sepultura, uno de los hermanos de la maestra Beatriz ofreció unas palabras para agradecer a los presentes su apoyo en estos últimos dos días.
“Vemos maestros, padres de familia, niños de la escuela dónde mi hermana trabajó por más de 30 años. Nos queda agredecerles, queremos que sepan que están en nuestros corazones, que nos embarga un dolor muy grande a los hijos de mi hermana: Tavo su hijo; Anita, Andrea su hija; mi hermana es una madre amorosa que deja nietos, siempre vio por ellos y siempre estuvo pendiente de que estuvieran bien. A Tavo, mi cuñado, mi hermano sabemos del dolor”, afirmó.
Hizo hincapié en que todos sus hermanos, hermanas, sobrinos, sobrinas, y la familia Alafita son personas que han dedicado su vida, su labor a la enseñanza y educación.
"Por favor vamos a unirnos como sociedad y pensar que esto no debe volver a suceder. Hay justicia y yo creo que no debe volver a suceder" finalizó el profesor y los presentes brindaron un aplauso a la maestra Beatriz M. R., a un lado de su sepultura en el panteón Bosques del Recuerdo de Xalapa.
Previamente, en la iglesia de María Madre, se vio a los deudos y amigos caminar en silencio, con pasos lentos y ataviados de negro.
Iban incrédulos, con dolor en el corazón tras el asesinato de Beatriz M. R., a quien le arrebataron la vida el miércoles, cuando llegaba a su centro de trabajo, en la escuela Adolfo Ruiz Cortines.
Al interior de la iglesia María Madre fue colocado el féretro de madera, y el sacerdote José Antonio Antonio ofreció unas palabras de consuelo a la familia, a su esposo, hijos, hijas y nietos.
“Se quedan sentimientos, sentimientos que van quedando en nuestro caminar, pero no dejemos que los sentimientos adversos se aniden en nuestro corazón. El señor Jesús nos ha dicho sean misericordiosos y la misericordia es la actitud más pura del corazón humano. Vamos a pedirle a Dios que nos conceda la fortaleza necesaria y la luz en su presencia, estando preparados para cuando el señor nos llame a la vida eterna, junto con Elizabeth y todos los que han muerto en la fe en Cristo”, finalizó el sacerdote de la iglesia de María Madre ubicada en la calle Cempoala, del fraccionamiento Los Ángeles.
Posterior, el cortejo fúnebre partió por la calle Cempoala y se encaminó hacia la avenida Circuito Presidentes, y Rebsamen para llegar al panteón Bosques del Recuerdo.