Xalapa, Ver.- (AVC) Con un aplauso los feligreses que asistieron a la homilía dominical, despidieron al arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, fallecido esta mañana de domingo en esta capital.
"Sabemos del gran cariño que nos tenía y desde el cielo seguirá intercediendo por cada uno de nosotros", expresó el presbítero Roberto Reyes Anaya, quien tomó su lugar en la ceremonia religiosa.
El sacerdote pidió por el eterno descanso de su alma y destacó que a lo largo de su ministerio fue un hombre incansable y a quien siempre se vio con una sonrisa y gesto de amabilidad.
Recordó a punto de las lágrimas, que Reyes Larios quería celebrar su cumpleaños 75, sin embargo tuvo prudencia debido a la pandemia de Covid-19. El religioso sumamente contrariado, agregó que por ello se pensaba celebrar el cumpleaños el próximo domingo 15 de agosto, que era más cercano al día 13 de su onomástico. Dijo que es en estos momentos en que es necesario acrecentar la fe en Cristo y la resurrección porque es lo que va a dar sentido a la vida presente y esperanza en la vida eterna: “Agradecemos a Dios todo lo que por medio de Monseñor Polo nos concedió”. Destacó la importancia de Reyes Larios a su paso por el Ministerio Sacerdotal, el Presbiterio de la Arquidiócesis de Xalapa, como formador de sacerdotes en el extranjero, en el Colegio Mexicano, como Rector del Seminario y Obispo Primero de Orizaba, hasta llegar al Arzobispado de Xalapa. “Recordar a un Arzobispo y sacerdote es pensar en todo el bien que hizo, cuantas confesiones, eucaristías, cuanto desgaste en favor de la salvación de las almas, hablar del Arzobispo es hablar del pastor incansable”. Reyes Anaya agregó que en los últimos días Reyes Larios trató de dar solución a todos sus pendientes, como la ordenación de sacerdotes, y nunca se le vio cansado, siempre con una sonrisa, un gesto de amabilidad y a nadie apartaba de su presencia, “así es el pastor, así es Dios cuando quiere expresar amor y salvación”. Finalmente indicó que Reyes Larios ya está en presencia de Dios y ahora aquí tenemos que seguir adelante, como hoy domingo lo dice la palabra de Dios: “la tristeza, el dolor, la enfermedad, la misma muerte, no puede pararnos”.
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