Hora cero
Huerta, la oposición al interior de Morena
Luis Alberto Romero
En Morena-Veracruz, la fractura interna que se ha evidenciado en los últimos meses alcanza ya niveles preocupantes, particularmente tras las peticiones de expulsión contra el senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara.
Lo que parecía ser un conflicto menor se ha transformado en una disputa abierta que deja en evidencia los desacuerdos entre dos de las figuras más visibles del movimiento en la entidad.
El más reciente episodio fue protagonizado por Esteban Ramírez Zepeta, dirigente estatal de Morena, quien acusó al senador Huerta de ser “enemigo” de Rocío Nahle, gobernadora y figura central del lopezobradorismo en Veracruz.
Ramírez Zepeta no solo cuestionó la lealtad política del senador, sino que lo colocó abiertamente del lado contrario al movimiento de la cuarta transformación. Las palabras del dirigente no son menores: en la cultura política de Morena, ser señalado como traidor equivale a una sentencia de muerte política.
La petición de expulsión fue respaldada por Adanely Rodríguez, ex candidata a la Presidencia Municipal de Poza Rica, quien acusó a Huerta de actuar contra las decisiones del partido.
Para ella, la permanencia de Huerta dentro de Morena resulta “insostenible”, no solo por diferencias ideológicas, sino por lo que considera acciones concretas para socavar al partido desde adentro. En sus palabras, Manuel Huerta se habría convertido en un obstáculo para la unidad y el avance del proyecto de la cuarta transformación en Veracruz.
Contra Huerta pesan señalamientos por un presunto apoyo tanto a Movimiento Ciudadano como al PT en el marco del reciente proceso local electoral de Veracruz. De acuerdo con las versiones que circulan al interior del partido, los liderazgos regionales vinculados al senador se habrían alineado con dichas fuerzas políticas, que registraron un importante crecimiento.
De esa forma, el ex delegado de programas federales y actual senador pasó de impulsor y fundador a convertirse en el principal opositor de Morena en la entidad.
El senador, lejos de replegarse, ha respondido con declaraciones que buscan restar peso a las acusaciones. Tras la reciente polémica generada por su cercanía con el alcalde electo de Movimiento Ciudadano en Poza Rica, minimizó el señalamiento con una frase que ha causado más ruido del que tal vez pretendía: “No estamos en un monasterio, son relaciones políticas”. Con esta expresión, intenta justificar sus alianzas fuera del partido como parte de una dinámica política normal. Sin embargo, para sus críticos, esta actitud confirma su falta de compromiso con la línea de la 4T y su proyecto ideológico.
El caso Huerta deja la interrogante sobre qué significa realmente la lealtad dentro de una fuerza política que ha hecho de la disciplina una virtud casi religiosa.
El peligro que enfrenta Morena en Veracruz es de alto riesgo de cara a las elecciones intermedias de 2027; si no se resuelve, la confrontación puede escalar hasta poner en riesgo la gobernabilidad interna. El problema es que la fractura ya está expuesta. La duda ahora es si el partido está dispuesto a asumir el costo de una purga, o si apostará por una frágil coexistencia que podría reventar en cualquier momento.
@luisromero85 |